Tenemos la fama de ser impenetrables. La guerra contra el sol es nuestra razón de ser y estamos muy bien valoradas al respecto. Sin embargo, según un estudio de la Universidad de Valencia, a través de nosotras se filtra un 34% de los rayos ultravioletas del sol. Nadie es perfecto, ¿no?

Resulta curioso cuanto menos, y esto lo hemos comentado en varias ocasiones, la cercanía y lejanía que guardamos al mismo tiempo respecto a los paraguas. Anatómicamente somos casi lo mismo, sin embargo, nuestros rayos son sus gotas, nuestro calor su frío y nuestra ganas de vivir el día su deseo de terminarlo. Los chinos nos inventaron a ambos hace ya 4000 años y desde entonces vivimos una estrecha relación de amor y odio, más bien lo segundo. Supongo que el tiempo se refleja en el carácter, porque mientras nosotras vivimos en la más absoluta felicidad y bonanza, su existencia es más bien afligida, atribulada y pesarosa.
Este verano está resultando especialmente caluroso. Hablan de una tercera oleada de calor pero yo aún no me he enterado de cuando ha pasado la primera. Más o menos lo llevamos bien, aunque se está haciendo algo duro en algunos momentos del día. Debemos estár ahí para proteger a estos humanos, ¿qué harían sin nosotras? Sabemos que son agradecidos para con nosotras y eso es algo que nos estimula y nos llena de orgullo. No siempre los humanos valoran el trabajo de un objeto, supongo que es normal, no saben que sentimos, vivimos y tenemos la capacidad de reflexionar exactamente igual que ellos. Tampoco les culpamos, y menos en nuestro caso, ya que, como digo, nos respetan y tienen en estima.
Hay un asunto que no me tiene del todo contenta y es el diseño. Diría que un 75% somos feas y sin personalidad. Quiero pensar que no es lo importante pero la verdad es que cuesta ver alguna que sea realmente hermosa y con gracia, o al menos resultona. Supongo que es el precio a pagar, ya les decía antes que no todo puede ser perfecto. No me quejo, al fin y al cabo ser bonita en los tiempos que corren es casi más un triunfo que un detalle de la naturaleza.
Y aquí estoy, acabando el día, los rayos de sol son cada vez más débiles y horizontales y poco tenemos que hacer aquí ya. Creo que ya es hora de recoger e ir a casa, mañana será otro día.
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