martes, 27 de abril de 2021

Momento previo a la aventura

Nos han pedido de nuevo que salvemos el mundo. He perdido la cuenta de las veces que lo hemos hecho y parece que nunca es suficiente. Nos hemos enfrentado a Darkseid, Parásito, Metallo y otros tantos villanos. Muchas veces. 

Ahora nos encontramos en lo alto de una colina reflexionando esta situación. Calibrando el nuevo riesgo, valorando el camino de ida sin discernir si habrá uno de vuelta, ya que este nuevo mal es desconocido para nosotros. Pero somos valientes, osados, atrevidos ante la adversidad. Siempre hemos funcionado así, es nuestro deber.

Clark siempre fue un chico tímido en la infancia, pero poco a poco fue descubriendo sus imparables poderes y ganando cierta confianza en las distancias cortas. Nunca ha dejado de ser humilde y cercano, aún siendo el hombre más poderoso del universo. Sin embargo, sé que la destrucción de su planeta natal, Krypton, siempre le ha atormentado. No se perdona haber abandonado su tierra en aquel momento, aunque no fue su decisión, es algo que le duele hondo y no le deja descansar mentalmente. Y por muy confiado que sea, esa espinita debilita fuertemente sus emociones.

Trato de hablarle, pero parece que nunca escucha. Siempre absorto en sus pensamientos, concentrado en sus rivales, abstraído con un único fin, salvar a la humanidad. Yo al fin y al cabo solo soy su capa. Le he acompañado en mil aventuras y siempre seguiré fiel a su lado.

Para mí no es una vida fácil, pero aprendo mucho de él y eso me reconforta diariamente. Ser poderoso no es incompatible con ser buena persona, aunque abundan los humanos que empantanan su corazón conforme llegan a lo más alto (quizás habría que redefinir el significado del verdadero éxito...).

Una persona que puede hacer girar el planeta en otra dirección solo con volar en el sentido contrario no debería tenerle miedo a nada. Un hombre que puede destruir casi lo que se proponga con sus manos no debería tenerle miedo a nada. Un superheóre que ha sido elegido por la ciencia humana como el más poderoso no debería tenerle miedo a nada. Sin embargo, cada nuevo reto es un desafío endeble en su destino. Aunque debo decir que ambos estamos bastante acostumbrados a plantar cara a las novedades y a salir de nuestra zona de confort, esto siempre es complicado.

Y aquí estamos, en lo alto de este montículo perdido al sur de Kansas. El silencio descansa para sí y ahoga al mismo tiempo nuestro pensamiento. Pero creo que es hora de partir, ¡vayamos a por una nueva aventura!