miércoles, 3 de febrero de 2016

Cálido, caliente, ardiente y sofocante

Cálido como el casi imperturbable sol de agosto, cálido como la llama incandescente que no quiere morir, cálido como el rojo más rojo de la paleta de colores, cálido como el sexo de dos amantes que prometen estar siempre en sintonía, cálido como la quemadura en la piel de un niño inocente; cálido soy, cálido me siento, cálido quiero morir.

Un radiador de calefacción cualquiera en una casa cualquiera con una vida cualquiera y con unos sentimientos diferentes a los de cualquiera es lo que soy. Caliente como esos 40º o esos 25º soñando llegar a los 30º. Tan frío como el verano en África, la rabia incontenida y las malas palabras de un racista.

Ardiente soy como una cocina de gas resistiéndose a las nuevas vitrocerámicas, ardiente como la plancha, un té recién servido, hoguera en su momento más potente. Soy ardiente como aceite hirviendo, ardiente como un humano quemándose a lo bonzo luchando por su derechos.

Sofocante como el que no sabe nadar y es arrojado al mar, sofocante como el desierto y caluroso como Egipto. Sofocante como ser torturado sin salida, como llegar a la meta y tener que volver al principio. Cálido, caliente, ardiente, sofocante soy. Vivo en la odisea de una llama viva y en la muerte de aquella que nos dejó sin saber muy bien si volverá. Sueño con un calor constante y otro que viene detrás pensando en aquel que va por delante.

He vivido con furia, rabia y desazón, pero debo morir en algún momento con la tranquilidad de haber sido algo generoso, ya que mi función es ceder calor a los humanos. Quizás alguno sepa valorarlo.

Cálido, caliente, ardiente y sofocante dénjenme hablar, decidiremos otro día cómo dejar de hacerlo.
Cálído, caliente, ardiente y sofocante dénjenme pensar, decidiremos otro día como dejar de hacerlo.
Cálído, caliente, ardiente y sofocante dénjenme sentir, decidiremos otro día como dejar de hacerlo.
Cálído, caliente, ardiente y sofocante dénjenme vivir, decidiremos otro día como dejar de hacerlo.

martes, 2 de febrero de 2016

Maldita moda esta del "Running"

Y dale con las modas. Estos humanos se rigen así, por modas. Parece que ahora es el turno del Running. Lo que siempre hemos mal llamado en España Footing. A ver si se enteran ustedes que no vale siempre poner ing al final e inventarnos así un término anglosajón. ¡Porque los ingleses nunca dicen ni han dicho Footing para referirse a esto sino Jogging!

Pero bueno, ahora lo que mola es el Running. Una moda más que pasará de largo en unos años. Los sociólogos han escrito mucho sobre esto ya. Que si ahora todo el mundo con al palito del selfie como borregos, que si ayer todo el mundo con el Reggaeton en el coche y demás. Por cierto, me asombra la estupidez que podemos albergar al poner el nombre de selfie a algo que hemos hecho toda la vida incluso con las antiguas cámaras desechables.

Dirán ustedes que vaya humor se gasta unas simples zapatillas de correr, que es lo que soy, pero es que estoy harto de las estupideces consumistas de los humanos. Parece que tienen demasiado tiempo libre o poca autonomía.

Yo salgo a correr cada domingo a las 11 de la mañana, bueno mejor dicho, me sacan a correr. La mujercita esta se viste, me calza en sus pies y salimos a correr al parque cercano a su casa. Si pudiera vomitar cuando veo a todos esos llamados runners lo haría. Bueno, a todos no, debo decir, porque lo sé, que hay muchos que corren desde hace años y esto es casi una religión para ellos.

Pero odio a aquel o aquella, como esta chavala, que cree que por salir un día a la semana a correr ya es la hostia en esta materia, como si así fuera a bajar los 10 kg que tiene de más. Odio a aquel que solo corre la primera semana del año y la primera de septiembre; malditas promesas... Odio por supuesto, y a estos a los que más, a todos esos que no saben correr. Por dios, levanten los pies, articulen las piernas, porque lo que veo en el 75% de los corredores es una práctica nefasta y rancia; van arrastrando los pies, menudos ineptos.

El parque, sobre todo los fines de semana, está infectado de estos especímenes, parecen zombies pero no lo son. Si es que a veces no se puede ni pasear con tanto runner. Lo mejor son esos que salen impolutos de casa con toda la equipación y a los 10 minutos están caminando, ¿a quién cojones quieren engañar?

Y no hablemos de la cantidad de aplicaciones para móvil dedicadas al Running. Que si esta que te hace la ruta según el tipo de corredor que eres o aquella multifunción que nadie llegar nunca a utilizar ni el 5% de sus posibilidades. A ver, que correr es correr, ¿o hay que llamar a la NASA para que nos explique cómo hacerlo?

Miren, les voy a dejar en paz porque como siga no paro y tengo un humor de perros hoy. Toda la semana metida en este armario para que llegue el domingo y salir a hacer el ridículo. Lo dicho, ¡me callo porque me enciendo!