jueves, 19 de julio de 2018

Estado de ánimo bipolar

En la esquina de una oficina me encuentro rellenada de papeles, aunque realmente me tiran casi de todo. Alguna vez incluso me han escupido dentro. No miréis para otro lado porque hablo con vosotros. Las papeleras tenemos nuestros sentimientos, pero a veces nos cuesta bastante expresarnos.

Lo malo en mi caso es que no tengo otros objetos cercanos con los que conversar en estas estresantes mañanas vuestras. Miro al calendario y le veo hablar con la calculadora a diario, también los ordenadores tienen sus charlas con los teclados, sus inseparables y fieles compañeros. ¿Pero yo? Bastante abandonado estoy. Mirad, tan solo puedo entablar algunas palabras con la moqueta, pero es poco habladora y siempre se queja de su triste existencia. Para escuchar penas mejor me quedo sola, que yo también tengo las mías y no por ello voy dando la murga a los demás.

Los pocos objetos que entran dentro de mí tampoco son muy dicharacheros que digamos, supongo que se ven venir su final y no están para muchas charlas. Yo lo intento pero me hacen poco caso, la verdad sea dicha.

Si abren la ventana, me suele acariciar una suave brisa de buena mañana, especialmente los lunes, día en el que es abierta sí o sí. Por lo demás, pocos placeres tengo. Bueno sí, cuando me vacían también me siento bien, liberada y radiante, ese es otro de los grandes momentos de la semana.

Aunque no sea ciertamente una aventura, mi vida es larga y duradera a diferencia de la de otros objetos colindantes. De hecho, diría que cuando todos estos mueran yo seguiré aquí al pie del cañón. Las empresas no gastan mucho en según qué material de oficina. Y en mi caso, diría que son bien rácanos y tacaños. Vamos, yo llevo siete años aquí y seguro que me quedan muchos más.

No me cambiaría por vosotros ¿eh? A ver si os vais a pensar que porque me queje un poquito iba yo a querer ser un ser humano. Os veo pasar aquí una tercera parte de vuestra existencia; tenéis otra para dormir, es decir, sin hacer nada; y la tercera restante para tiempo de ocio. Yo no tengo ese problema, duermo cuando quiero, trabajo sin querer y en cuanto al ocio me da bastante lo mismo. Veros estresados ya supone un buen entretenimiento. A veces pediría un cubo de palomitas, pero de los grandes, porque las películas que os montáis algunos tienen cojones.

Y como estoy viendo que me pongo un poco agrio, os voy a dejar, que voy a echar una siesta. Además, hoy es viernes y hasta el lunes me quedo sin espectáculo. Malditos fines de semana.




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