Hoy estoy de un humor de perros. ¿Cómo os sentiríais vosotros si fueseis una pastilla de jabón? Básicamente un artificio para limpiar la mierda, emocionante ¿verdad? Paso mis días con esa misión por delante de mis ojos y no tengo nada más que hacer en esta vida, y luego tengo asistir impotente a vuestras pestíferas, nauseabundas y pestilentes quejas sobre vuestro día a día.
Que sepáis que soy un jabón instruido, hay mucho sabio de postín pero ignorante al mismo tiempo por estos lares, pero yo no, yo sé muy bien cuál es el origen de las cosas.
Se dice que el jabón proviene de los sumerios en el 3.000 a.C. y que fue ideado mezclando aceite y potasa como un método de higiene más efectivo que el mero agua del río. Parece que los romanos le dieron un uso más médico como remedio para evitar y sanar determinadas enfermedades. Tras varios siglos de evolución y desarrollo, fue el alemán Adolph Klumpp quien inventó la pastilla de jabón que conocéis hoy día, es decir, a un servidor.
Con tanto maldito bote de champú, gel corporal y demás, nosotros estamos casi despareciendo. Yo es que soy de la old school y la verdad es que no me gustan las "moderneces", pero bueno, allá cada uno con sus hábitos y preferencias. Eso sí, no vayáis luego de "retro-clásicos" porque esa petulancia sí que tira para atrás de lo mal que huele, prefiero lavar vuestro cuerpo con la más grande capa de roña que tener cerca ese olor a hipocresía.
Tempestades diarias y lejanos sueños que nunca serán cumplidos. Torbellinos de felicidad envueltos en paños mojados de libertad. Ansía, mirada ilusionada y recalcitrante persistencia hacia un futuro inexistente. Y luego el delirio, o algo peor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario