Al principio solo eramos de madera y ya por el siglo X pasamos a ser metálicas. Todo evoluciona con el tiempo ¿no?

Les confesaré una cosa, me siento poderosa. Tengo la autoridad de permitir o no el acceso al domicilio, la potestad de garantizar la seguridad de sus habitantes; con los tiempos que corren, me dirán que no es de agradecer... Y ustedes deben reconocer que sin nosotras sus vidas serían más complicadas, ¿verdad? Os véis muy poderosos y petulantes pero sin los objetos no valdríais nada. Y ahora me vendrán con que nosotros los objetos somos invenciones vuestras. No se lo voy a negar pero la existencia es mía y solo mía, "pienso, luego existo", que diría Descartes.
Estoy abocada a llevarme bien con mis compañeras, hermanas, amigas. En este llavero vivimos cinco: casa, portal, buzón, y garaje. Sí, falta una, pero es que no sirve para nada, nunca se usa y ni ella sabe realmente por qué está aquí. A veces siento lástima de ella, pero debo ser fuerte y preocuparme por mí, nunca se sabe cuándo nos van a jubilar o partir en dos. Y seguro que ella vivirá más que yo a fin de cuentas.
Lo que no soporto es el grado de austeridad y sobriedad que tiene nuestro dueño. He visto otros llaveros con un dado o una camiseta de fútbol de complemento. todo depende del grado de "frikismo" del portador. Pero en nuestro caso, nada. solo nosotras. Miren que no se ha molestado el tío ni en poner el que le regalaron en la inmobiliaria. Ni con esas. No llego a comprender cómo se puede ser tan cutre, mísero y soso.
Habrán notado que tengo bastante mal humor, pero creánme si les digo que solo es que tengo mal día. Estoy un poco apesadumbrado, abatido. Normalmente no tengo tan mala leche. Debo agradecerles que me hayan escuchado. Y por favor, recuerden siempre que sentimos, ¡métanos en la cerradura con cuidado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario