lunes, 15 de junio de 2015

Los ojos que todo lo ven

A veces hace frío y otras demasiado calor. A veces es de noche y a veces de día. En ocasiones esto está muy poblado, más por momentos se convierte en un auténtico desierto inanimado como el que más. Sufre y llora la calle cuando hay malas noticias, ríe y juega cuando los astros se alinean y la sonrisa reina en cada cara.

Vivo en la calle entre niños que viven para aprender y ancianos que no dejan de aprender a vivir, familias en los coches y lobos esteparios e
n sus motos, trabajadores en furgonetas y "millonetis" en cochazos. Trabajo 24 horas al día los 7 días de la semana durante los 365 días del año y éste es mi día a día.

Soy protagonista de nada y al mismo tiempo de todo. Estos seres humanos pasan por mi lado en cada momento durante el día, muchos me miran, otros no lo necesitan. Si supieran que tengo mi corazoncito quizás me mirasen de otra manera pero a dia de hoy sus miradas muestran inexpresividad y desazón, vistazos aburridos, observaciones pasivas y faltas de emoción.

Yo en cambio me he emocionado muchas veces: reencuentos con abrazos casi interminables, accidentes irreparables, discusiones de pareja, verdades sinceras entre amigos, peleas callejeras e incluso palizas a mendigos... No es fácil esto, pero aquí debo estar y aquí seguiré durante mucho tiempo. Es una cuestión de sobrevivir, en mi caso, como le ocurre a otros de mi estirpe, es además una cuestión de aceptar lo que ha tocado y llevarlo lo mejor posible.

Así pues, trato de vivir cada día con sus cosas buenas y las malas, consciente de que en el equilibrio puede estar la felicidad pero sabiendo que hay cosas inevitables que mis ojos deben mirar. Casi cada día lloro, como también casi cada día río, eso es más frecuente gracias no sé muy bien a qué. Lo que intentamos a veces maquillar y positivizar no siempre se presta a ello, por lo que por más que nos esforcemos, a veces es bueno simplemente verlo pasar sin intención alguna de modificar lo acontecido.

Y esto se lo dice alguien que siempre cambia de color, como los camaleones. Verde, naranja, rojo y vuelta a empezar, Ese es mi día a día.

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