
Un libro de historia no tiene nada que hacer en la vida de un joven del siglo XXI. Soy insulso, desabrido y, sin quererlo, antipático para este chaval. Mi abuelo siempre relataba sus andaduras con la juventud de su época. Era el rey de la casa y amigo del más pequeño de la familia. Supongo que eran otros tiempos...
Mi tarea es aburrir, miren ustedes para lo que he sido creado. Es triste pero así es. ¿Cómo puede interesarle a un niño de 14 años la invasión visigoda es España o el gobierno de Dámaso Berenguer? Es que es de locos.
La verdad es que no sé cuánto tiempo más podré aguantar este "vertiginoso" ritmo de vida. Casi prefiero quedarme en la aburrida mochila todo el tiempo. Este niño me trata fatal y no puedo hacer nada para evitarlo. Me ha roto ya dos hojas del final para lanzárselas a un compañero de su clase, que parece seguirle el juego de la misma manera. ¿No tengo yo derecho, al menos, a estar entero?
En fin, un libro de historia. Si me llegan a preguntar, les hubiese propuesto casi cualquier otra cosa, pero me tocó ser libro de historia. Tiene cojones. Bueno, voy a empezar a leerme, creo que nunca lo he hecho.
1 comentario:
Ángel,
Soy Javi, de miapuesta. ¿Qué tal te va todo tío? Espero que muy bien.
Muy interesante el planteamiento de tu blog. Me ha encantado el primer post. Te seguiré.
Si quieres echar un vistazo al mío, y hacerte seguidor, esta es la URL: http://papeldiscontinuo.blogspot.com/
Un abrazo.
Publicar un comentario